Pitia | ¿Qué es el Coaching Sistémico?
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¿Qué es el Coaching Sistémico?

La consultoría sistémica en empresas

El coaching sistémico o “consultoría sistémica” es una técnica que tiene en cuenta todos los elementos del sistema objeto de estudio para determinar si ocupan el lugar que les corresponde para el buen funcionamiento del mismo. Cuando un sistema se bloquea, alguno de los elementos (o varios de ellos) están generando trastornos en el resto de los componentes de la organización.

En las empresas existen problemas a nivel individual y a nivel grupal. Los individuos por sí solos no pueden sobrevivir si no pertenecen a algún sistema. Las empresas agrupan a individuos proporcionándoles un entorno de trabajo donde se pueden establecer dinámicas complejas entre ellos, a la vez que las empresas mismas forman otros sistemas con otras organizaciones y entornos. Todos trabajan por un mismo objetivo, la supervivencia. Todos buscan un lugar seguro.

¿Cómo garantizar la supervivencia de una empresa a nivel interno y a nivel externo?

La consultoría sistémica observa cómo reacciona el conjunto de la organización cuando ocurre algo y contempla a las empresas u organizaciones (de todo tipo) como un “organismo vivo”.

Todos los organismos tienen sus propias necesidades para la supervivencia como alimentarse, respirar, descansar, desechar residuos e interrelacionarse con otros medios. Cuando alguna o varias de las necesidades no se atienden debidamente, los organismos o cuerpos vivos dejan de funcionar correctamente pudiendo provocar además una reacción en cadena de “fallo multiorgánico (siguiendo con el símil del cuerpo) o multisistémico. En un sistema todas las piezas cumplen una función determinada de la cual depende el correcto funcionamiento de las demás piezas.

Al igual que los seres vivos, tienen una evolución a través de los años y una relación específica con el entorno social, con sus clientes y por supuesto, una evolución interna. Las empresas pueden crecer, cambiar de dueños, asociarse con otras, sufrir pérdidas y todo esto obliga a restructuraciones importantes de directivas, plantillas y objetivos.

Se enfrentan a retos constantes que afectan a varias áreas. A veces se detectan los efectos no deseados en el área donde no se produjo inicialmente el problema. Esto hace que tal vez las soluciones que se apliquen en ese departamento no consigan corregir el problema y que por tanto, el sistema siga funcionando incorrectamente sin que se sepa muy bien porqué.

El mal funcionamiento de un departamento, las caídas de las ventas, la falta de fuerza de algunos proyectos que no terminan de llevarse a cabo, son síntomas de que a la empresa le está pasando algo en conjunto, no de forma aislada y de que necesita que se cubra alguna carencia que no está siendo ni detectada, ni por tanto atendida.

En esos casos, una consultoría sistémica se centra en un análisis general de la situación, nunca parcial. Los histogramas de las empresas dan una información muy valiosa porque marcan hitos en los sucesos importantes la misma, los patrones de repetición de éxitos o de repetición de bloqueos. La consultoría sistémica no pretende retomar un control “strictu sensu“. El control y las decisiones pertenecen a los directivos. La consultoría sistémica es la herramienta que permite hacer un mapa de la situación, un diagnóstico y ofrecer todos los posibles escenarios de solución de conflictos.

Todas las empresas, al igual que las personas son diferentes las unas de las otras, por tanto, nunca existirá la misma solución en las relaciones organizacionales.

Una empresa necesita estar siempre en contacto con sus raíces (socios fundadores, principios rectores, necesidades sociales que permitieron su creación) para intercambiar con la sociedad sus servicios o productos.

““En el problema está la solución”.

Jan Jacob Stam y Anton de Kroon

 

¿Para qué (o quién) este problema es (o fue) la solución?

La consultoría sistémica plantea el paradigma de que el problema actual fue una solución en un momento anterior en la historia de la empresa. Después de encontrar la respuesta a la pregunta, podemos abordar la solución al bloqueo actual.

La visión sistémica posiciona por tanto, a todos los elementos del análisis en las posiciones de SOLUCIÓN y BLOQUEO para hallar las posibles salidas al conflicto.

El cliente en general plantea un problema que quiere resolver. Por ejemplo, la pérdida de competitividad frente a empresas del mismo sector. El coach o consultor sistémico mira, observa junto con el cliente el origen del problema. Tal vez el problema se originó porque pudo ser una solución en un momento determinado.

Si este cliente por ejemplo, ha tenido como objetivo principal ser muy cuidadoso en asumir riesgos financieros para poder mantener una estabilidad frente a sus clientes e inversores, este exceso de cautela se ha traducido en el efecto contrario: unas pérdidas financieras por la pérdida de liderazgo en el mercado frente a otras empresas que han arriesgado más.

De alguna manera en el espíritu de los directivos, las decisiones de no invertir en renovación fue una decisión tomada desde la mejor conciencia posible y esto podría provocar sentimientos antagónicos a la hora de asumir la responsabilidad de los resultados: por un lado, existiría un buen sentimiento, el de “lo hicimos para proteger” pero por otro lado, sentirían culpa y decepción.

Estos sentimientos podrían a su vez producir un gran estrés y la desmotivación del equipo directivo, desencadenando a su vez toda una serie de efectos adversos, como:

  • la dificultad de volver a planificar otras estrategias para salir de la situación,
  • la pérdida de confianza individual y de grupo (ya que como hemos dicho, la empresa es un sistema vivo),
  • la desmotivación de los departamentos y de los equipos,
  • la pérdida de clientes y mercados.

Una decisión que pretendió ser de utilidad, ha terminado por convertirse en un problema que afecta no sólo la pérdida de competitividad de la empresa en el sector, sino también a nivel interno en varios departamentos: en el de toma de decisiones y en los restantes. Un problema en una organización no tiene una causa aislada.

Voy a citar otro ejemplo. En las empresas, las personas se eligen por sus habilidades y capacidades para sus puestos. Cada vez es más frecuente escuchar quejas de empleados que no se sienten bien en sus puestos de trabajo. No se sienten plenamente realizados ni plenamente fuertes. Esto obviamente genera mucho estrés y una progresiva pérdida de autoestima y rendimiento a la hora de desempeñar sus capacidades.

Un consultor sistémico haría preguntas del tipo “¿Qué les sucedió a las personas que anteriormente ocuparon este puesto?”. En la mayoría de los casos, nos podemos encontrar con que los antecesores fueron despedidos en condiciones críticas. Desde el punto de vista sistémico la intervención para resolver este problema no iría enfocada a los trabajadores actuales, porque ahí no se originó el problema (solo se traducen las consecuencias), sino en resolver el conflicto con los trabajadores despedidos (esto no significa que sea readmitiéndoles, repito que cada empresa es un mundo y tiene soluciones propias).

Si no se hace, esos puestos no estarán al 100% disponibles para los nuevos empleados y puede que el resto del equipo tampoco esté preparado para trabajar con los nuevos compañeros (Ver artículo: “El líder en la sombra”).

Existe una necesidad de la empresa (del sistema) de restablecer el equilibrio (la funcionalidad de los puestos) para volver a trabajar con normalidad, pero este equilibrio se restablecerá si recuperamos la situación anterior de conflicto, para ordenarla de otra manera en que se hizo.

La importancia del consultor sistémico

El coaching sistémico es un trabajo de una gran sutileza. Trabaja en favor del futuro pero teniendo siempre en cuenta el pasado. Hay circunstancias del pasado que merecen una atención y un cuidado que no han recibido y que hay que volver a poner en orden para poder resolver la situación actual. Si queremos plantearnos nuevos objetivos, nuevas metas, nuevos retos, nuevos clientes, necesitamos dar el lugar adecuado a cada elemento.

La integración es el elemento diferenciador para que los errores estratégicos del pasado no sigan amenazando nuestras espaldas. Los equipos directivos forman parte de los sistemas empresariales y por eso a veces les puede resultar complicado, al estar involucrados con la misma de manera muy íntima, poder encontrar la forma de “mirar desde afuera” y tener un mapa más real para tener una imagen más nítida de la situación.

El consultor sistémico ocupa el puesto de observador externo planteando preguntas distintas que permiten, mediante una técnica muy concreta, abordar el conflicto desde una perspectiva mucho más amplia y global (de todo el sistema) y localizar las dinámicas conscientes e inconscientes que impiden el buen desarrollo de la empresa.

Así como Caronte, el barquero que según la mitología clásica, transportaba las almas de una orilla a la otra del Aqueronte para cruzar el Hades, el consultor sistémico debe poner al servicio de las personas que les contratan toda su agudeza y experiencia para cruzar de una situación a otra.

 

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