Pitia | ¿Te atreves a…?. Lo que un líder hace sin pensar.
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¿Te atreves a…?. Lo que un líder hace sin pensar.

Tienes que estar harto o harta, de que te anuncien cursos de liderazgo, parecen todo iguales. Puede que no lo sean, pero es tanta la publicidad que al final pasas de todos.

Esto es muy fácil, te voy a poner algunos ejemplos de situaciones que pueden ocurrir en la vida diaria de las personas. Dependiendo de lo que contestes, verás si eres un líder o no lo eres. Si lo eres, fantástico, sigue haciendo lo que haces. Si no lo eres, te quedan dos opciones: o te pones las pilas y empiezas a atreverte a afrontar los ejemplos que te pongo o ninguna receta milagrosa te va a conferir el poder de convertirte en líder.

Quizá te sorprenda mi lenguaje. Si has leído otros artículos míos, no aparece. Sin embargo, hay temas que se tienen que abordar desde otros ángulos para ser eficaces y esta manera de hablar es tremendamente mía. Y tremendamente efectiva, si sabes lo que dices y lo que quieres transmitir.

Vamos a empezar con las preguntas clave:

1. ¿Te atreves a levantar la mano en un entorno donde hay mucha gente escuchando a un ponente, para rebatirle delante de todos?. REBATIRLE, no preguntarle. Un ponente que sabe de lo que habla pero con el que tú no estás de acuerdo.

2. ¿Te atreves a decirle a la gente EXACTAMENTE lo que piensas, sin maquillaje?. Al inútil, que es inútil, sin más. Al gordo, que está gordo, sin más. Al que no tiene escrúpulos, que no los tiene. Tal cual. Al que es un cínico, que es un cínico y que no te venda la moto porque de gilipollas no tienes nada. Así de claro. Y con estas palabras.

3. ¿Te atreves a admitir abiertamente, por ejemplo, que fumas porros? A tus colegas no. A la gente que puede criticarte por ello. A los que sabes que te van a llamar drogadicto/a. Sabiendo que fumas porque básicamente, te encanta, te relaja, te sienta bien y que fumar no te distrae de tus obligaciones y quehaceres diarios. ¿Te atreves a sostener fijamente la mirada a esa persona sabiendo que va incluso a utilizar eso para atentar contra tu dignidad frente a terceros?

4. ¿Te atreves a mandar a tomar por culo a un cliente, si esa persona te está amargando la vida? Aunque sea el único que tengas. Aunque sea tu cliente principal. Prefieres no ganar dinero a aguantar a ese gilipollas.

5. ¿Y si esa persona fuera tu jefe? ¿Te atreverías a demandarle?

6. ¿Te atreves a no hacer un favor a tu vecino, amigo, etc..porque te viene fatal?. ¿Prefieres quedarte jodido/a y hacérselo por miedo a que se sienta mal, aunque te venga como el culo?

7. ¿Te atreves a decirle a tu familia que tus hijos no se van a llamar como ellos quieren, pero vamos, ni de coña? Aunque sea la ilusión de tu madre, de tu padre, una tradición familiar de generaciones…. ¿Aunque sepas que les vas a disgustar?

8. ¿Te atreves a decirles que tampoco quieres llevar el negocio familiar, vamos, que pasas olímpicamente o que no vas a hacer la carrera que les gustaría?

9. ¿Te atreves hacer una compra importante, una casa, un coche, y que te dé igual si les gusta o no? Incluso si les tienes que pedir pasta.

10. ¿Te atreves a pedirle a tu jefe que te suba el sueldo? Pero sin que te dé un siroco mientras lo piensas.

11. ¿Te atreves a decirle a una persona que siempre se ha mostrado muy educada y que en una fiesta aprovecha y te pone la mano en el culo (sea tío o tía), delante de todo el mundo, que como no te quite esa mano de encima le vas a estampar la copa en la cara?. ¿Y que como lo vuelva a intentar se va a comer otras dos seguidas sin que le dé tiempo a saber por dónde le caen? Repito, tío o tía.

12. ¿Te atreves a acudir a un evento familiar sin tu pareja y no disculpar su presencia? Simplemente, dices la verdad, que no le sale de los huevos venir y que a ti te parece muy bien. ¿Te atreves a enfrentarte a las críticas de tu familia hacía tu pareja?. ¿Te atreves a decirles que tú estas encantado/a con esta decisión y que la apoyas?

13. ¿Te atreves a ir a un evento donde no conoces absolutamente a nadie? Sin que antes estés cagao/á, claro.

14. ¿Te atreves a declarar abiertamente que padeces una enfermedad?. ¿Que te huele el aliento,  los pies o los sobacos?. ¿Que tienes una enfermedad de transmisión sexual y que en tu familia existen patologías mentales?

15. ¿Te atreves a denunciar a las personas públicamente?. ¿A desenmascarlas, aunque nadie confíe en tu criterio?

16. ¿Te atreves a guardar TUS secretos, o tienes que ir corriendo a contárselo a alguien porque solo no puedes asumirte a tí mismo/a?

17. ¿Te atreves a expresar tus ideas en el ámbito que sea, ahora que está tan de moda acusar de racista, xenófobo, facha, homófobo, machista?

18. ¿Aceptas alguna vez que te has equivocado pero no te atreves a confesarlo con la que has liado?

No te voy a taladrar con más ejemplos, esto pasa todos los días varias veces.  Pero son ejemplos significativos y cualquier traba en alguno de ellos ya indica que andas flojo y que tienes que apretar. Porque la flojera en un sitio condiciona la flojera del otro. Es un efecto dominó.

La única manera para empezar a llamar la atención de manera natural es que te vayas atreviendo, porque como la mayoría no lo hace, enseguida das la nota. Enseguida empiezan primero a pensar que vaya huevos tienes. Y cuanto más tranquilo/a estés haciendo estas cosas, más natural te va a salir, más inmediato. Entonces ya la gente empieza a referenciarte como alguien inteligente que no tiene pelos en la lengua.

Pero te lo digo así de claro: esto no es gratis. Esto cuesta. Vencer el miedo implica buscar en el fondo de tu alma tus sapitos y enfrentarlos. Si tienes un coco privilegiado, lo irás consiguiendo poco a poco, pero siempre es necesario tener a alguien al lado muy experimentado que te vaya ayudando a soltar esos sapitos de los que hablábamos antes.

El liderazgo es un don natural que se trabaja. Se fomenta desde la niñez. Cuando a los niños les marcamos tantas prohibiciones, la mitad de ellas fruto de nuestras propias inseguridades, les estamos castrando. Cuando se les intenta maquillar la realidad, les estamos engañando y ellos aprenderán a engañarse a sí mismos. No les permitimos que vayan adquiriendo confianza en la vida y en ellos. Porque nosotros en el fondo, no tenemos ni lo uno ni lo otro.

Tú puedes trabajar tu liderazgo si te atreves a pasar miedo y vergüenza. Sin esas condiciones, ni empieces. El miedo acojona mucho y la vergüenza, más aún.

Llamar líder a una persona no quiere decir que lo sea. El líder de la oposición puede ser un inepto integral y por mucho que le llamen líder no lo será a menos que se trabaje interiormente.

Al líder se le ve, se le huele, se le detecta enseguida. Causa nuestra admiración y empatía inmediatas. Empieza a ser un modelo y una referencia. Se habla de él. El líder puede ser visible, o estar oculto. Aunque haya un jefe en la empresa, en realidad todo el mundo sabe quien manda de verdad.

El campo magnético que genera el líder aumenta a medida que lo hace su valentía y su capacidad de tomar decisiones de mucho riesgo y de ejecutarlas. Al líder no le importa quedarse solo ni que le expulsen del grupo. Sabe perfectamente guiarse por su intuición y su confianza en sí mismo por mucho que la vida le ponga palos en las ruedas. Y sobre todo, se disfruta muchísimo. Porque la libertad de ser como es no tiene precio y está dispuesto a pagarlo hasta con su vida.

Ya sabes.

Todas las preguntas que he planteado en este sencillo artículo tienen que ser afirmativas, de lo contrario, te estás engañando a ti mismo. Son solo una muestra de los desafíos de la vida pero como éstos no los tengas resueltos, olvídate.

No hay regalos en la vida. La vida son premios cuando uno se lo ha merecido. Y si no los aprovechas, te los quitan. Hay que echarle huevos y coraje.

 

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